Por Mario Bórquez Brahm para clubdelperrodemuestra.cl
Tu perro es un buen recogedor ¿cierto? Tal vez no en todas las circunstancias.
Imagina que tu perro estaba ocupado cobrando una tórtola y tiraste a otra. Pudo caer herida. Lejos. Tú sabes su ubicación aproximada y tu perro no tiene la menor pista de que pudo haber caído un ave ni dónde está.
¿te suena familiar?
Tres consideraciones:
- Las salidas de caza no son el mejor escenario para enseñar cosas nuevas a tu perro, porque tienes muy poco control de la situación
- Tienes un deber de encontrar esa presa, de no dejar que su muerte haya sido en vano
- Esta destreza requiere que el perro SIEMPRE tenga éxito, aunque al principio tengas que llevarlo hasta ponerle las narices delante del ave.
El cobro no marcado exige que el perro tenga una confianza ciega en tí, y consiste en que el perro se deje guiar a la zona de caída del ave y luego trabaje con su iniciativa, sin embargo presto a corregir con nuevas señas de tu parte si está desviándose demasiado.
Queremos que el perro use su nariz maravillosa, su iniciativa y su confianza en tí para encontrar la pieza.
Todo conductor de un perro debería estar en todo momento atento a la dirección e intensidad del viento. Ello le permitirá colocar y dirigir al perro correctamente para maximizar sus probabilidades de éxito.
El señuelo que usaremos debe tener olor: un cuero de conejo, un ala de ave adosados a un señuelo artificial funcionarán bien, lo mismo que una presa recién muerta.
La ejecución del ejercicio
Como siempre, iremos de lo fácil a lo difícil, del control del conductor a la iniciativa del perro. Entonces, partamos por esconder -sin que el perro vea- el señuelo en un pasto de unos 15 o 20 cm, suficiente para que no se vea pero que sí permita un buen flujo de los aromas. Un alfalfal es fantástico.
Si hemos tenido que trabajar sin un ayudante probablemente el perro nos vio lanzar el señuelo, entonces partimos caminando en un ángulo viento abajo -alejándonos del señuelo- y hacemos un par de zigzag, todo con el propósito de que el perro «olvide» dónde marcó el señuelo. Recuerda que éste no es un ejercicio para mejorar su memoria de marcar.
Luego de caminar un poco, vuélvete en 180 grados con lo que quedarás mirando hacia la zona general del señuelo. Saca la correa y comanda al perro buscar. En EE.UU. usan el comando «hunt dead», puedes usar «ave» o el que prefieras.
Si tu perro es un versátil o polivalente, usa un comando distinto del que usas para lanzarlo a cuartear. Esta búsqueda de un ave herida o muerta es más corta de extensión y también debe ser más deliberada, apoyándose con toma de emanación desde el suelo.
Cuando tu perro esté en la zona de caída, ínstalo a buscar en esa zona.
No estamos hablando aquí de búsquedas 100% controladas: Queremos guiar al perro al área general de la caída y que de allí en adelante use su iniciativa. Si se desvía demasiado, podemos guiarlo de vuelta, incluso acercándonos lo necesario.
Seré majadero en esto: el perro tiene que encontrar la presa SIEMPRE, aunque tengas que caminar hasta ella y mostrársela con el dedo índice. Esto es para que el perro desarrolle una confianza ciega en que cuando tú lo mandas a buscar, a pesar que no lo ha visto caer, allá hay un pájaro. Por eso, ir de lo fácil a lo difícil es crucial.
Complicando un podo las cosas
Pasa a cubiertas más altas -malezas, arbustos, qué se yo- una vez que es proficiente en los prados.
Y como en las situaciones de caza no siempre las aves caen viento arriba de tu posición (de hecho caen en cualquier parte), una vez que el perro es diestro en las formas más sencillas, hazle buscar viento abajo de vez en cuando.
El refinamiento final de esta destreza es reemplazar el señuelo por un ave viva con las alas atadas para que no pueda volar y darle uno o dos minutos para que se mueva y deje un rastro. En etapas más avanzadas usa un pato ya que son bien andariegos y con 5 minutos darán al perro una fiesta de cobro no marcado.
Casi lo olvido: El mejor momento para hacer este entrenamiento es en la mañana, ya que el rocío en el pasto retendrá mejor los olores que dejan las aves en su escape.
¿te dije que el perro tiene que tener éxito SIEMPRE? Sí. Siempre. Cada éxito será un refuerzo de confianza para el próxima misión.
Reflexión final #1: Respeto a la presa
Los cazadores debemos respeto a nuestras presas. Debemos hacer todo lo posible por recuperar una presa herida o muerta y no permitir que sea desaprovechada por no haberla encontrado.
Reflexión final #2: Los recuerdos
Te haré un desafío de largo plazo: Apuesto que tus recuerdos de caza más emocionantes no serán los de morrales repletos. Tal vez sí de esos días en que tu perro anduvo como una seda a tus señales de manos y pito, pero sin duda recordarás imborrablemente cuando recuperó un ave que parecía imposible luego de una búsqueda intensa e incansable y te la trajo con esa alegría y orgullo que sólo el perro de cada uno puede darnos.