Una disciplina poco conocida pero sin duda apasionante. Perros poderosos, de un andar indescriptible, de mucho contacto con el conductor, de un andar ya no sólo felino, más bien parece una serpiente moviéndose en el campo, de una pasión por encontrar las piezas entre los matorrales que literalmente estremece. Esas guías, ufff!
Por ahí una forzada y más adelante una muestra a patrón a una «pardilla» ¿será una perdiz húngara? que necesitó muchos incentivos para echarse a volar.
¿Que si quiero un Setter? De esos, mi respuesta es sí.
()