Reflexión
Llega el día en que te das cuenta que la calidad de una salida a cazar nunca puede ser medida cuantitativamente, del mismo modo que los diamantes no tienen un precio por kilo.
Al final del día, cansados tú y tus perros, revivir los pasos, las brisas, las miradas cómplices y las colas batientes, de eso se trata, creo. Si hubo una pieza, ninguna o varias, eso va por añadidura.
