Original por Bryan Lynn. Traducción y adaptación por Mario Bórquez Brahm para clubdelperrodemuestra.cl
Hay pocas reglas axiomáticas en el mundo de adiestrar perros. Todo lo que alguien haga, que funcione y que no sea dañino para el perro está usualmente aceptado.
Pero lo que funciona para una persona no necesariamente servirá para otra. Y aquí es donde entran a jugar los dogmas: Un grupo te dirá que debes seguir su doctrina para terminar un perro, mientras que otros te advertirán de no hacerlo y seguir la de ellos.
Y si bien casi todo en nuestro mundo puede ser polemizado, ciertamente que los dos aspectos más calientes son el uso de collares eléctricos y el cobro forzado. Veamos este último
En la raíz de esta polémica está la pregunta «¿Es posible tener un perro terminado sin usar cobro forzado?»
En breve, el cobro forzado consiste en la aplicación repetitiva de un estímulo negativo que condiciona al perro a tomar un objeto con el hocico tan rápidamente como sea posible ante una indicación del conductor. Es el eje central de muchas metodologías de adiestramiento, es usado para refinar en otras y para otros es herejía.
En la práctica, tú presionas la oreja del perro o amarras una cuerda alrededor de los dedos de sus pies y los aprietas. Cuando el perro abre la boca para protestar, sea para gemir o morder, le insertas un dummy de adiestramiento y simultáneamente lo liberas de la presión en su oreja o pie. Hecho repetitivamente, el perro aprende rápido que el dolor pasa cuando toma el objeto. Pronto comienza a acercarse para tomarlo, y el conductor da el comando «cobra» o «fetch» con lo que el perro asocia el comando con la acción. Algunos adiestradores usan un collar eléctrico para producir el estímulo negativo.
En muchos programas de adiestramiento de cobradores, el cobro forzado es la columna vertebral. Si bien se aplica a cobradores tan pronto como a los 6 meses de edad, en los perros de muestra es usualmente el toque final y sólo comienza cuando el adiestramiento de patio y de campo están completos.
Por qué sí el cobro forzado
Los que están a favor del cobro forzado postulan que para tener un perro terminado debe estar trabajando para tí y no sólo porque quiere hacerlo… sin embargo esos dos puntos no son mutuamente exclusivos: el perro puede disfrutar su trabajo pero también tiene que hacerlo.
Los proponentes argumentan que tarde o temprano un perro que no ha pasado por el cobro forzado no hará su trabajo. ¿Y qué puedes hacer? Con un perro no entrenado así, no tienes más alternativa que corregir vía juego u otro método similar para inducirlo a cobrar; por su parte, un perro que ha sido condicionado al cobro forzado cobra porque tú has asociado tomar algo con el hocico para liberarse de una presión, es decir tienes una herramienta a la que echar mano en caso que el perro rehúse cobrar.
El cobro forzado permite corregir defectos de cobro, tales como sujeción floja, boca dura, masticar; Ayuda al establecer al conductor como el alfa en la jerarquía; Permite dominar perros cabeza dura e incrementa los niveles de confianza en perros tímidos; (N. del T. tengo serias dudas a este respecto)
En los programas de adiestramiento de cobradores, el mismo principio (aplicar reforzamiento negativo y quitarlo en el instante en que el perro hace lo que debe) sirve -usualmente en conjunto con un collar eléctrico- enseñar conceptos avanzados tales como tomar líneas rectas, ignorar aves distractoras, etc.
Por qué no cobro forzado
Los detractores del cobro forzado plantean que sí puedes tener un perro completo y confiable, aplicando altos estándares de obediencia y un programa consistente que enseña los resultados deseados con recompensas y reprimendas adecuadas y oportunas.
El punto es que si un perro rehúsa cobrar es por una de 3 causas
- No está genéticamente apto para la tarea
- Está confundido de qué se le está pidiendo
- Su entrenamiento es defectuoso y falto de elementos básicos
- Alguna combinación de las anteriores.
Un perro genéticamente apto al que se le ha entrenado bien hará la tarea encomendada. Si está confundido, simplifique la tarea y practique los elementos básicos.
Adicionalmente, el cobro forzado es negativo para el pool genético. El argumento es que aspectos hereditarios como boca dura (que tiene muchas causas) son «escondidos» por el entrenamiento y -a sabiendas o no- son transmitidos a las próximas generaciones.
Los detractores también apuntan que el uso extenso del cobro forzado, motivado por la búsqueda de éxito en pruebas de campo, ha producido un Labrador cabeza dura que es difícil de adiestrar y trabajar para el promedio de las personas. Como la forma de dominar y «enrielar» estos perros es con más cobro forzado, resulta en un círculo autoalimentado y una profecía autocumplida.
Por ahí en otro artículo (Cobro forzado: Confieso que me cuesta tragarlo) expresé mi punto de vista personal.
¿Y qué opinan Uds.?