Otro gran artículo por Juan J. García Estévez, Veterinario

Gracias a Rodrigo Rumié por compartir esta valiosa información

Síntesis y adaptación por Mario Bórquez

Ubicación original de la publicación: https://www.trofeocaza.com/perros-de-caza/veterinaria/la-alimentacion-del-perro-de-caza/

Vamos a revisar el asunto, pero desde un punto de vista práctico, centrándonos en los periodos de transición, cuando se pasa de la actividad al reposo.

El alimento pelletizado ha traído una revolución en la alimentación canina. La gran mayoría de los veterinarios aconsejamos utilizarlo, simplemente porque a diario vemos sus resultados. Son dietas equilibradas (llevan todo lo que los perros necesitan, en las cantidades y proporciones que necesitan), fáciles de suministrar y dosificar, limpios, fáciles de almacenar, duraderos, etc.. y todo ello a un precio razonable.

Un perro de caza de talla media (20 kg), que no realiza actividad física y a una temperatura ambiente de 20ºC necesita unas 1500 kcal. al día para mantenerse, que las obtiene de 270 gr de alimento seco de buena calidad. Hay dos factores principales que alteran esta ecuación: la temperatura y el ejercicio.

Se estima que por cada grado que baja la temperatura, el perro necesita 3 kcal más para mantener su temperatura corporal de 38.5 ºC, por lo que si la temperatura baja 10ºC el perro necesitará 100 gr más de comida, y si la temperatura llega a los 0ºC, el perro necesitara en total 470 gr de alimento para mantenerse.

Hay variaciones en función de varios parámetros, entre ellos el pelo, ya que los de pelo largo en estas circunstancias pierden menos calor que los de pelo corto. El otro factor es el ejercicio: De manera muy general,  podemos decir que un perro incrementa un 10% sus necesidades calóricas por cada hora de trabajo.

En resumen, las necesidades de un perro medio, pueden variar de 270 gr de alimento en periodo de inactividad a 20ºC, a más de 600 gr si caza una mañana completa a 0ºC de temperatura ambiente.

CÓMO SABER SI EL ALIMENTO ES BUENO

Los que venden sus productos los ensalzan mucho, pero hay que comprobar si realmente funcionan. Y es precisamente lo que hay que hacer con los alimentos, y nadie mejor que nuestro perro para indicarnos la calidad de estos… si le queremos escuchar.

Como en casi todo, los dos factores clave son la calidad y la cantidad.

Cuando el alimento es bueno, lo primero que observamos es que lo digiere bien, y las heces son compactas y no excesivas. Un perro debe generar 50 gr de heces por cada 100 gr de alimento ingerido. Además, el pelo debe estar sano y con brillo, y no tener mudas largas ni excesivamente abundantes.

El perro tiene que desbordar energía y siempre estar dispuesto a trabajar, y (muy importante en los perros de caza) aguantar la jornada cinegética sin dificultad, y después recuperarse pronto. Si se cumplen estos parámetros, el perro nos estará diciendo que el alimento es bueno. En cuanto a la cantidad, también el propio perro nos lo tiene que decir si lo estamos haciendo bien, y el dueño ser observador y calcular las raciones en función de las necesidades.

Un perro en buen estado físico, debe estar fuerte y no gordo, debe tener buenas masas musculares y poca grasa. Lo veterinarios hacemos dos cosas para saber si un perro está en su peso, lo miramos y le tocamos las costillas. En un perro en su peso idóneo, las costillas no se le deben ver, pero al pasarle la mano sobre el costillar, se deben notar.

Si se le ven las costillas a simple vista, es que está delgado, si no se le notan al pasar la mano, es que está gordo.

Este punto, el del peso del animal, hay que observarlo todo el año. Parece que muchos cazadores asumen como normal que un perro durante la temporada de caza esté flaco y durante la veda engorde mucho.

Esto es erróneo y se debe intentar que el peso entre temporada de ejercicio y reposo, sufra la menor variación posible. Esto se consigue ajustando las calorías ingeridas a las gastadas, y la observación constante del peso del animal es el método idóneo para hacerlo.

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