Original por Ben Obrien para Gundog Magazine, Mayo 2011. Traducción y adaptación por Mario Bórquez Brahm para clubdelperrodemuestra.cl

¿Cómo lo hice? Con Tango, partí con el mismo método que prácticamente todos los entrenadores de EEUU han recomendado por años: Tirarles señuelos hechos de calcetines enrollados en un área confinada, incitándolos a volver conmigo. Más tarde, ella se graduó para hacer cobros cortos en el patio, lo que seguí con señuelos que lanzaba tan lejos como me daba el brazo.

La transición desde señuelos a aves requirió algo de persuasión inicial, pero una vez que captó la idea, ella amó esos pájaros. Después, cuando le maté la primera paloma, ella corrió donde estaba el ave, la olió por un momento, la tomó y me la trajo. Curiosamente, Cooper hizo el camino corto: Desde el inicio él recogió los pichones como si hubiera nacido para ese trabajo.

¿Significa que estoy dejando de lado el cobro forzado? No aún. Estoy todavía convencido que la mayoría de los perros de muestra se benefician de la práctica. Pero si tu perro tiene un deseo innato y fuerte por recoger, puede valer la pena desarrollarlo primero.

Algo que he hecho por años con cachorros muy jóvenes, una práctica que sorprende a entrenadores de la vieja escuela, es introducir los cachorros a pájaros cuando tienen 8 o 9 semanas. Los escépticos me han dicho que la posibilidad de asustar al cachorro con un ave que bate sus alas hace que no valga la pena el riesgo. Y tienen razón: yo no pondría un ave suelta enfrente de un cachorro tan chico, pero hecho correcto, el riesgo es muy pequeño, y los cachorros de tierna edad que son expuestos a aves desarrollan su ánimo de cazar varios meses antes que los jóvenes que no ven pájaros hasta después.

Acción en vivo

Ahora les contaré cómo hacerlo. Pon un par de vueltas de cinta adhesiva alrededor de un pichón vivo, de modo que no pueda mover las patas ni las alas, y plántalo en un pasto corto. Luego camina con el cachorro con el viento de frente, con o sin una cuerda.

Una de tres cosas ocurrirá: El cachorro tomará el ave y la arrastrará; el cachorro se sentirá intimidado y retrocederá; o el cachorro la ignorará. Ninguna de esas respuestas es inusual. Será extremadamente raro si el cachorro muestra el pájaro, pero no te preocupes: eso vendrá después. Realmente.

Pase lo que pase, dale a tu cachorro aves plantadas por una semana o dos hasta que se ponga activamente a buscarlas y encontrarlas. Entonces, planta una con un ala libre –no ambas. El aleteo excitará a la mayoría de los cachorros y usualmente provocará interés en los que hasta ahora han sido un poco indiferentes. Luego planta una con un ala y una de las patas liberadas, y así en adelante.

Si en algún punto el cachorro se muestra temeroso, haz una pausa de una semana y prueba nuevamente. Está bien motivar un cachorro dudoso pero nunca forzarlo.

Si aún estás reacio a exponer a un cachorro de 8 semanas a aves plantadas, espera hasta que te sientas cómodo para hacerlo. Cachorros expuestos a pájaros a los 3, 4 o 5 meses se adaptan rápidamente y todavía están muy adelantados a los mayorcitos que no lo harán hasta cumplir un año.

Y cuando ya están persiguiendo felices las aves levantadas, estás listo para la graduación de la etapa final del preescolar de los cachorros: exponerlos al ruido de un arma de fuego.

Aplausos y otros ruidos

He intentado todas las formas que hay de exponer a los cachorros al ruido de un arma. La mayor de todas, por lejos, es disparar un arma de fogueo detrás de tu espalda cuando el cachorro está enfocado en un pájaro.

Antes de usar la pistola de fogueo, uso un “aplaudidor” hecho con dos tablas de 1×4 unidas por una bisagra. Con este aparato es posible graduar la magnitud del ruido desde un tranquilo “pop” hasta un “bang” muy potente, que uso cuando los cachorros están corriendo a la distancia.

Cuando el perro está persiguiendo un pájaro y está alejado al menos 20 o 30 metros, golpeo el aplaudidor suavemente una o dos veces, poniendo mucha atención a la reacción del cachorro. Hecho de esta manera, los cachorros raramente ponen atención al sonido. De ahí en adelante progreso a aplausos más fuertes, luego a una pistola de fogueo disparada tras mi espalda, y finalmente la misma pistola disparada al aire. Pero siempre cuando el pequeño cachorro está persiguiendo un ave.

Más tarde, cuando el cachorro es considerablemente mayor, y de acuerdo a su progreso, me cambio a una escopeta, siempre primero de lejos, y siempre cuando el cachorro está interesado en un pájaro volando. Si un cachorro precoz ya está mostrando en esta etapa, aléjate de él unos 40 metros, haz volar el pájaro (un ayudante puede ser necesario) y dispara.

Una lenta introducción

Así que ahí lo tienes: la educación preescolar de campo del cachorro. Camina lentamente, a un paso confortable para el cachorro, y nunca lo disciplines durante estos ejercicios. Si no es divertido para el pequeño, no va a funcionar. La disciplina y la obediencia vienen después, cuando comience el trabajo de patio en serio.

Finalmente, toma los pequeños traspiés en su progreso con un grano de sal. Lo logrará, créeme. Y será un mejor perro más pronto.

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