Por Mario Bórquez Brahm para clubdelperrodemuestra.cl
Las mil ventajas de posponer las cacerías hasta que el cachorro está terminado, y los riesgos de no hacerlo.
No me malentiendas. No estoy proponiéndote que no lleves a tu perro al campo, que no lo expongas a aves, agua y el sinfín de estímulos de los potreros.
Nadie duda que esas experiencias son irreemplazables para llevar un perro de caza hasta los límites de su potencial genético.
Entonces ¿Por qué no?
Hacerlo durante una tirada de patos, por ejemplo, puede ser una mala idea: Estarás atento a la entrada de la bandada, a la escopeta, a disparar, a dónde cayó el pato.
Es parecido si vas tras perdices, tórtolas o conejos: La atención al perro estará en el enésimo lugar.
Y como es más difícil corregir una conducta instalada que fomentar la correcta desde el principio, es mejor que en el campo toda tu atención esté en el perro.
En suma, es posible que tengas retrocesos importantes en temas de obediencia y otras malas costumbres.
¿Quieres ir de todos modos?
De todos modos hazlo. Deja la escopeta en casa y verifica que has completado las siguientes fases preliminares
- trabajo de patio
- cobro en tierra y en agua
- insensibilidad al disparo
Sobre lo último, abstente si anticipas que habrá muchos tiros, como por ejemplo los tortoleos.
Entonces, anda feliz y concéntrate en atender a a tu perro.
¿Mencioné que no irás a cazar, que es una sesión de adiestramiento, que dejarás la escopeta en casa?
Recuérdalo
Deja de cazar una temporada apostando a 7 u 8 muy satisfactorias para tí y para tu perro y que te llenarán de legítimo orgullo.
Anda a cazar la primera temporada y arriésgate a 7 u 8 que serán menos buenas de lo que podrían haber sido.
Yo apuesto por la primera alternativa. Tú y tu perro la merecen.
Con una ventaja magnífica: Incluso cuando las aves escaseen, disfrutarás las salidas. Más aún, cada vez las aves serán más un accesorio que parte de los requisitos esenciales de la calidad de una salida.