Por Juan J. García Estévez, Veterinario
Gracias a Rodrigo Rumié por compartir esta valiosa información
Síntesis y adaptación por Mario Bórquez
Ubicación original de la publicación: https://www.trofeocaza.com/perros-de-caza/veterinaria/3-consejos-para-prevenir-que-a-nuestro-perro-se-le-claven-espigas/
Existe una gran variedad de gramíneas, llamadas espigas, espiguillas, avenas salvajes, etc., que han desarrollado un curioso y efectivo sistema de dispersión de sus semillas. Ellas están conformadas como espigas parecidas a dardos, con diminutas espinas que hacen que se adhieran al pelo de cualquier animal para que las transporte.
Desde la perspectiva humana, este sistema tiene una desventaja, ya que los pequeños dardos están diseñados para nunca ir hacia atrás. Por ello, si se enganchan al pelo, por lo movimientos del propio animal se van desplazando hacia delante hasta entrar en contacto con la piel, la perforan y siguen su camino.
Las espiguillas suelen aparecer en un lugar distinto de donde se introdujeron
PREDISPOSICIÓN RACIAL
Por la forma que tienen de actuar las espigas, no a todos los perros les inciden de la misma manera: A los de pelo corto les afectan mucho menos que a los de pelo largo. Cuando los a los primeros prácticamente les resbalan, los peludos se llevan puestas todas las que encuentran por el camino, y tarde o temprano les dan problemas más o menos importantes, porque se les clavan en la piel o se les introducen por los oídos, nariz, ojos, etc.
LA PREVENCIÓN
En medicina decimos que la mejor forma de tratar una enfermedad es la prevención. La mejor forma de evitar las espigas es evitando que se claven o introduzcan en los orificios, especialmente los oídos.
En razas de pelo corto y fino no hay mucho que hacer en cuanto a prevención, ya que rara vez se les clavan las espigas. Los de pelo largo son otro asunto.
En cuanto empieza el calor y la maleza se empieza a secar, es conveniente cortar el pelo de estos perros. Aunque estéticamente no salgan muy favorecidos, pasarán menos calor, será más fácil localizarles los parásitos –especialmente las garrapatas– y se evitarán en gran medida las espigas.
Las espiguillas de las gramíneas son uno de los problemas veterinarios más frecuentes del verano, al introducirse bajo la piel de las patas del perro.
Hay que poner especial interés en tres zonas:
- La que más vigilaremos es la zona interdigital, entre los dedos, ya que es donde con mayor frecuencia se clavan las espigas. Hay que recortar muy bien el pelo de esta zona y revisar los huecos entre los dedos, uno a uno, cada vez que se vuelve del campo.
- También muy importante es todo el pelo de la cara interna del pabellón auditivo. Las espigas que se cogen en esta zona, todas entran en el oído y pueden producir importantes problemas en el tímpano.
- Otro lugar a vigilar es la zona de las axilas, donde se suelen clavar y donde la piel es muy fina y fácil de penetrar.
LA ESPIGA CLAVADA
Lo más importante es la prevención, ya que una espiga clavada puede ser un quebradero de cabeza, y no siempre es fácil sacarla.
Un número importante de espigas penetran por la zona entre los dedos, y he visto perros a los que les ha salido la espiga por el codo.
El primer síntoma de una espiga entre los dedos es una especie de bulto de color rosa-rojizo, a veces purulento, que el perro se lame constantemente y que denominamos de forma genérica granuloma.
Puede tender a abrirse, drenar, disminuir de tamaño y cerrarse, pero no es raro que pasados unos días vuelva a aparecer, o aparecer en otro lugar.
El organismo identifica la espiga como un cuerpo extraño y la rechaza generando esta reacción, que muchas veces cursa también con dolor y cojera. En este punto es importante intentar abrir, localizar la espiga y extraerla. Si se hace esto, el granuloma desaparece enseguida, y en unos días está todo curado.
Pero en muchas ocasiones esto no es posible, ya que por mucho que se hurgue en la herida no se localiza la espiga. En estos casos la espiga suele estar en un lugar diferente de donde se abra el granuloma, y está conectada por un trayecto fistuloso difícil de seguir.
Aquí no queda más remedio que esperar la evolución, ayudar con antibióticos para evitar complicaciones y observar la aparición de nuevas fístulas que nos indiquen por dónde se mueve la espiga para poder de nuevo abrir e intentar buscarla.