Por Mario Bórquez Brahm para clubdelperrodemuestra.cl

La habilidad del perro para rastrear es útil para buscar y encontrar aves y animales que, heridos, se han alejado del punto en que cayeron y se fueron buscando refugio.

Todos los perros pueden rastrear. Nariz no les falta, eso sin duda. Pero puede que tengas un perro que prefiere usarla en el viento en vez de en el suelo (y qué lindos se ven en ello), y que sus patas, músculos y cerebro lo mueven más a velocidad de galope que a la de paso y trote requeridos para resolver un rastro en el suelo.

Si tienes un pointer, setter inglés, epagneul bretón o un kurzhaar más orientado al galope rápido y búsquedas extensas, con seguridad el rastro no es una destreza que querrás desarrollar, porque es muy probable que los motive a andar más lento y con la nariz en el suelo. Usualmente no quieres eso si tienes perros de estas razas.

Por su parte un drahthaar, labrador, kurzhaar, spaniels –en resumen cualquier perro que consideres útil para cobro- aceptará el sencillo entrenamiento para rastrear y lo ejecutará con gusto.

Como en todas las actividades de entrenamiento, hay que desarrollar las ganas básicas del perro y comunicarle lo que queremos que haga, todo dentro de un marco de control que nos permita encauzar la conducta del perro.

Como en todas también, tu labor es provocar el éxito del perro. Si tienes que llevarlo hasta el final del rastro y mostrarle la presa para que la tome, hazlo.

Las condiciones ideales –las que buscarás para iniciar al perro en esta destreza- son: Viento estable, suave; temperatura templada; vegetación baja. Cuando hayas logrado avances, tengas un perro que sabe lo que hay que hacer y realiza la tarea con entusiasmo, puedes complicar un poco las cosas, porque en cacería normalmente el ambiente no será ideal.

Qué necesitarás

  • Una cuerda delgada y suave (4-5mm) de 1.5 metros, sin nudos. Yo uso paracord
  • Un collar para tu perro que tenga una argolla (prácticamente todos tienen al menos una)
  • Un ave (un pato es ideal), conejo o liebre muerto: la presa
  • Un espacio para montar el rastro. Debe tener vegetación baja. Pastura, alfalfa es perfecto, algunas partes con maleza, muy bien,

Preparación

  • Deja el perro en su kennel de modo que no vea que prepararás un rastro
  • Amarra la presa de una pata con la cuerda
  • En un punto del suelo que puedas identificar bien posteriormente, arma la “cama”: Saca un poco de pelo o algunas plumas, déjalas en el lugar, y refriega el fondo de la cama con la presa.
  • Luego comienza a arrastrar la presa partiendo viento abajo desde la cama. La idea es que el perro se concentre en el olor que queda en el suelo y no se vea tentado a ventear.
  • Saca la cuerda de la presa y deja la presa en el suelo, a plena vista.
  • Retorna donde el perro
  • Pasa la misma cuerda delgada por el anillo de su collar
  • Lleva al perro caminando calmadamente a la cama
  • Muéstrale las plumas, el olor del suelo. Motívalo pero no permitas que se pase de revoluciones. Queremos motivación con calma.
  • El perro eventualmente se entusiasmará con el olor e intentará seguirlo, partiendo por el inicio del rastro que armaste. Toma cada extremo de la cuerda con una mano y guíalo los primeros metros.
  • Cuando lo veas bien concentrado, suelta uno de los extremos, permite que la cuerda se deslice fuera del anillo de su collar y déjalo hacer.
  • Es muy probable que al principio se desconcentre, por eso la importancia de usar bien el viento, y partir con rastros muy cortos. Si parte para otro lado, llámalo, ponle la cuerda y vuelve a llevarlo a la cama, acompañándolo un poco más esta vez, incluso hasta la presa misma al principio si hace falta.
  • Cuando el perro encuentre la presa, pito y orden de traer, en tono muy entusiasta. El perro debe traer y entregar la presa correctamente.

Progreso

Si te cuesta despertar las ganas del perro por rastrear, puedes usar pequeñas recompensas a lo largo del rastro (pedacitos de hígado o galletitas por ejemplo). Pero úsalas muy mesuradamente. La idea es que la recompensa sea la presa al final del rastro.

Parte con rastros de unos 20 metros en línea recta (10 metros para cachorros pequeños).

En los sucesivos entrenamientos alarga poco a poco el rastro, incorpora cambios de dirección, paso por cambios de terreno (caminos sin vegetación, pasar bajo una alambrada, un tramo por un reguero, etc).

Cuando ya esté en grado de maestro de rastro, incorpora una o dos secciones en que la presa “saltó” unos 50 centímetros, es decir, no hay rastro en el suelo en una breve sección. Lo ideal (y lo normal) es que perro buscará la continuidad del rastro. Puedes agrandar estos saltos gradualmente.

En esos refinamientos con que uno puede llenarse la boca hablando de su perro, si tienes acceso a un bosque o de alguna manera puedes incorporar un tramo del rastro que vaya sobre un tronco caído (puedes usar un tablón que tengas por ahí), de todos modos inténtalo.

Aplica las dificultades de a una.

Como  refinamiento final puedes usar una vara o caña para llevar el rastro alejado de tí sin contaminarlo con el olor de tus botas de campo. Algunos la recomiendan. Las pruebas de rastro de los drahthaar han sido hechas sin ella desde siempre, pero no está de más considerarlas.

Aquí un muy buen video de un rastro. Por el trabajo del perro, por cierto. El video está un poco movido por el alto zoom aplicado.

Otro video con un rastro de casi 300 metros

El siguiente es muy ilustrativo de una técnica diferente: liberan un faisán vivo con algunas plumas retiradas para que no pueda volar.

Tres ventajas fantásticas del rastro

  1. Puedes practicarlo año corrido
  2. Mejora en forma notable el desempeño de un perro en sus labores de cobro. Sí. También en agua.
  3. Prepara tu perro para una destreza escasa: La recuperación de piezas de caza mayor.

El próximo artículo sobre rastro versará sobre rastro de sangre. En éste aprenderemos a preparar la sangre para el rastro, y que la calma, concentración y persistencia del perro son esenciales.

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