Título original: Causas y Consecuencias de la Selección Negativa en las Razas Caninas.
Un dramático diagnóstico de los efectos negativos de la selección por mero fenotipo, y un llamado a integrar los juicios de estructura con pruebas de trabajo.
Original del Profesor Werner F. Kirschbaum, Bachelor of Science in Agriculture, de la Universidad de Florida; Ex profesor universitario Becario AID, USA y Becario Deutsche Stiftung, Alemania; Ex Presidente del Consejo de Jueces de la Federación Cinológica Argentina; Es profesor de Genética y Genética de la Producción; Juez All Breed y Especialista de 20 razas de la FCA – FCI; Juez de Aves y Conejos de la AACA y SRA. Juez de Vacunos de Carne de la SRA. Adaptación por Mario Bórquez Brahm.
Se considera que el perro fue domesticado desde su antecesor común, el lobo, hace 1400 años. Es comprensible que dos especies de costumbres gregarias con intereses comunes se aproximen. Las jaurías de lobos siguen a los hombres cazadores para hacerse de parte de su botín. La tribu humana se hace de lobeznos y consecuentemente se forma una asociación entre los humanos y lobos.
La simbiosis entre ambos, primero como guardián de la tribu y luego imprescindible en la defensa y cacerías, selló el vínculo eterno entre ambas especies.
J.W. Goethe afirmó acertadamente que gracias al perro existe el hombre. A raíz de que luego de la glaciación, Europa se cubrió de bosques, los humanos no podrían haber sobrevivido en medio de los mismos exclusivamente con la vista. Fue el lobo que con su olfato le permitió al hombre defenderse y cazar en ellos.
A través del tiempo, el hombre seleccionó para su conveniencia el perro no sólo por sus reacciones instintivas, sino hacia mayores respuestas de estímulos cognitivos. Ello creó entre el hombre y el perro una especie de hermandad.
El cariño surgido entre ambos formó su continua y necesaria compañía. Creó la felicidad entre ambos, y el humano recibió del perro su eterna fidelidad a lengüetazos, no siempre respondida con la misma nobleza por los humanos.
Ante el aumento en el tiempo de las labores que debía realizar, el hombre tuvo que especializarse en ellas. El perro, como acompañante y colaborador de sus actividades, casi automáticamente fue seleccionado para continuar siendo su camarada en las cada vez más especializadas actividades humanas. Consecuentemente se formaron las diferentes razas caninas.
A mediados del siglo XIX comenzaron a ser estudiados los perros de acuerdo a los conocimientos de entonces. Surgen los llamados pedigrees en cada raza, para preservar su pureza. Como consecuencia son redactados los estándares: los ingleses, que describen el perro tipo de cada raza, y los americanos, que describen el ideal. En ellos mismos las razas son descritas de acuerdo con su tipicidad racial. Y cuando varias razas ejercen equivalentes actividades, se unen a un grupo común de la especialidad.
Ante esta situación aparecen las asociaciones caninas para mancomunar el esfuerzo del mantenimiento y mejoramiento de las razas de perros. Inmediatamente aparece la idea de organizar exposiciones caninas, las que adquieren cada vez más importancia, hasta la actualidad en que constituyen un gran espectáculo donde confluyen los perros como principales actores, así como criadores, expositores, handlers, jueces, organizadores y público en general. Las exposiciones caninas constituyen aún uno de los mecanismos preponderantes en la selección canina, donde jueces considerados expertos cinólogos eligen en general por comparación, dentro de las limitaciones de la apreciación visual y morfológica, los ejemplares que se acercan más al ideal del estándar de la raza. De esta manera los ejemplares son clasificados y premiados en un proceso que es esencialmente una evaluación fenotípica. Como todo espectáculo, los organizadores tratan de convocar a la mayor cantidad de perros y de público, con lo cual dichas exposiciones se comercializan por resultar un buen negocio y las sociedades caninas con intereses humanos se politizan.
Esa situación no condice con el verdadero objetivo de origen de los clubes caninos que es mejorar las razas: veremos por qué y cómo las perjudica consecuentemente.
El estándar trata de describir con palabras el tipo de cada raza. El tipo es producto de la función, que le marca sus cualidades. El mismo le crea su aspecto exterior, estructura, tamaño, movimiento, también el carácter y en muchos casos, hasta el color de pelaje. Cuando en la raza se pierde la evaluación de su función, se pierde el tipo, y vemos cómo la raza se va escapando de su estándar.
Ante la búsqueda de una cada vez mayor atracción de las exposiciones, los organizadores tratan que los perros se muestren y sean cada vez más espectaculares. Aparecen los guías de los perros llamados “handlers” y los especialistas en peluquería canina.
La primacía en el juzgamiento de todas las exposiciones de animales domésticos, creó el concepto denominado “preciosismo“. Se fundamenta en que para que un perro pueda vencer en una exposición, debe ser muy lindo, bien peinado y bien presentado. Así se expresaba un gran criador de Cocker Spaniel Inglés, cuando juzgaba la raza.
El club del Cocker Spaniel Inglés no hace pruebas de caza para la raza y por lo tanto la misma está perdiendo sus características cinegéticas. Además, con esa extraña implantación de las orejas, donde el canal del oído se torna vertical en lugar de mantenerse horizontal, lo hace propenso a infecciones crónicas del oído. Últimamente, los ingleses hasta le han cambiado el estándar, haciéndolo compacto, perdiendo la raza su clásico movimiento. Hoy a nadie se le ocurriría llevar un Cocker Spaniel Americano al campo para cazar.
También otras razas de caza como los Setters, en nuestro país han perdido sus cualidades cinegéticas. Asistí a una cacería en Junín en la que ví a un Setter Inglés llevarse una martineta por delante. De perro de caza ya no le quedaba nada. En las razas Pointer y Kurzhaar, donde se realizan pruebas de caza anuales, todos cazan, manteniendo su correcto tipo.
Juzgando Galgos Afganos siempre me resultó difícil encontrar ejemplares con la dentadura completa. El Afgano necesita indefectiblemente su dentadura, factor heredable como herencia cuantitativa, como en todo perro de presa.
En un país me tocó juzgar una exposición, en que al clasificar el mejor de exposición, sonaban unos estruendos a raíz de una final de un campeonato de fútbol. Muchos de los finalistas, querían huir de la pista. A un Fox Terrier Wirehair importado, gran ganador de muchos Best in Show (BIS), no se lo pudo sacar de la caja. Un Ovejero Alemán, de gran tipo y belleza, continuó impávidamente, ante la desbandada, con trote rendidor, ganando merecidamente su BIS. La jueza brasilera repitió el fallo. Un Caniche gigante blanco, con buen movimiento, de gran belleza y tipicidad, también siguió en la pista, obteniendo la Reserva de BIS.
Tipicidad y belleza, sin duda no están reñidas. En Europa, en una expo de campeonato con 4 mil ejemplares, un espléndido Kurzhaar, 3° entre los mejor clasificados en las 5 pruebas de trabajo para la raza, obtuvo el BIS. En nuestro país, el malogrado gran cazador Emilio Merlo, dueño del 3er. Criadero de Kurzhaar “La Ferma” en Zárate, entre los mayores del mundo, producía unos 120 cachorros por año. Todos a los 5 meses ya marcaban la presa. Solía exportar la mayoría de ellos y muchos triunfaban en exposiciones por su gran belleza.
Para triunfar en la Expo Sieger de ovejeros alemanes en la SV de Alemania y en nuestro país, el perro debe competir en la categoría adultos, con certificado de trabajo SchH, clasificado con Sel. I, y aprobar una prueba de coraje con tiro y ataque frente al público, en el predio de la expo. El excelente y gran reproductor, doble Sieger de Alemania, Uran von Wildsteigerland, vendido en 500 mil US$ a la China, fue cruzado con una de las perras ovejeras del pastor de ovejas Füller, produciendo al Sieger Eiko von Kirschental. Trabajo y belleza, siempre resultan en una excelente combinación. Para no perder en la raza sus excepcionales condiciones funcionales, mantienen en la misma las mejores líneas de trabajo, para su uso ante cualquier eventualidad. De esta forma la raza ovejero alemán es la más numerosa en nuestro país y en el mundo: A nuestra expo de ovejeros alemanes concurren más de 2 mil perros, más que en cualquiera de generales de campeonato de todas las razas. La gran actividad que desarrollan los criadores de la entidad que los agrupa, constituye un factor preponderante en su desarrollo y mejoramiento.
Pero los ovejeristas también cayeron en el preciosismo. De pronto por deriva génica, se encontraron que la raza poseía un 50% de displasia acetabular (DA) y el resto con una alta proporción de portadores. La moda preciosista de la línea superior y grupa caída tuvo también su influencia. El carácter es poligénico de herencia cuantitativa. Posee una heredabilidad de alrededor del 50%, que le permite una buena selección, contra la DA. Pero con cautela, pues si la presión selectiva hubiese sido muy intensa, se quedaban sin perros. Recurrir al índice BLUP fue la mejor opción. Dicho índice tiene la ventaja que actúa sobre la media de la población de la raza, con la influencia de diferentes factores simultáneamente.
En las exposiciones de todas las razas, observamos que los juzgamientos están fundamentalmente dominados por el preciosismo. En ellos lo espectacular en el stand, el excelente trabajo de peluquería y gran presentación por el handler son prioritarios para alcanzar el éxito. El análisis en la pista de la estructura, dentadura, etc. resultan muy superficiales. Como reacción a estos argumentos me contradecía un gran criador y amigo, que criaba excelentes y lindos perros de exposición, que mi dicotomía era infundada. Por supuesto producir un perro de trabajo y simultáneamente de exposiciones lleva mucha dedicación y trabajo. Pero ello se debe a que los jueces eligen perros que ya no conforman a todo su standard. Un Pointer en el mismo se lo incluye como perro de caza. Si no caza, deja de ser un Pointer. Los jueces están sólo juzgando un perro con aspecto de Pointer, que para algunos puede resultar de gran belleza. Empero, la belleza es una apreciación subjetiva. Según Sócrates:- Solo es bello lo que es útil. Para los ingleses edwardianos nada tiene más éxito, que el exceso. Pero volviendo a los griegos, el mismo siempre es un defecto y lleva a la decadencia. Lo demuestra en el arte la estatua griega del Laoconte, o la moda decadente del barroco hacia el rococó exagerado. Producir perros de raza para exposiciones resulta un trabajo a la larga frustrante y oneroso. Resulta que únicamente de los cachorros criados solamente el 5%, llegan a pisar la pista de una exposición. Por lo tanto es un negocio oneroso y que a pocos le dura.
Para Argentina fue comprado el Cocker Inglés negro BIS de Cufts, Lochranza Strolloway. Como tal, fue un perro espectacular. os ingleses se deshicieron de él, pues era portador de un factor hereditario ocular defectuoso y nadie quiso criar con él. Aquí no dejó nada bueno. También llegó de Inglaterra Womack Waldorf, notable Dachshund black and tan, muy profundo y de patas muy cortas, pero lo más llamativo era su impresionante cuerpo largo. Cuando se movía, el tren delantero no tenía nada que ver con el trasero. Era un espectáculo muy simpático moviéndose. Se ganaba los aplausos del público y con ello los premios. Pero de Dachshund no quedaba nada, había que buscarlos lejos en Alemania.
Los alemanes sostienen que el Dachshund es un perro casi cuadrado, como muchas otras razas, pero de patas cortas. Ello le da el aspecto de perro largo, asemejando a salchichas. Los preciosistas se han dedicado a alargarlos, quitándole funcionalidad y tipo a la raza, lo que les produce consecuentes lesiones graves en la columna vertebral. También les han acortado aún más las patas para hacerlos más profundos de pecho, quitándoles movilidad y funcionalidad.
Además se continúa juzgando a los perros de patas cortas, como a los de largas. Vistos en movimiento, con visión trasera y delantera, mostrando paralelismo de ambos cuartos. Pero el zorro de patas cortas, deja una huella con las cuatro patas en una línea. Llevando todas las patas a pisar hacia el centro, su desplazamiento resulta más rendidor. Por lo tanto todas las razas de perros de patas cortas deberían hacer lo mismo, como la sabia naturaleza nos ha enseñado.
Al país llegó Diwa von Haus Beck, de Alemania, una muy linda ovejera alemán, aunque floja de carácter, como lo manifestó incluso su criador. Mauro von der Tefor, fue un hijo suyo de excelente estructura y se presentaba en forma muy espectacular. Ganó muchas exposiciones, pero en el Campeonato Sudamericano fracasó en la prueba de carácter, echándose atrás por falta de coraje. Narro von der Tefor, otro hijo muy lindo de Diva, también mostró falta de carácter. Un hijo de él, llamado Irak, de mucha belleza, hubo que sacrificarlo por miedo y terror ante tiros y truenos. También llegó de Alemania Sam von Hain, perro de gran coraje y mucho tipo. Hijo de Vello zu de Sieben Faulen, perro de mucho carácter, y su línea aún se conserva por su garantía de carácter. Sam con una hija del extraordinario Alan von der Hammelsburger-Waldeck, produjo a Agapito von der Maya, gran ganador en las pistas y también de gran tipo y notable carácter, heredado de sus padres.
Criar con defectos descalificativos heredables, por más de otras buenas condiciones, es un mal negocio, pérdida de tiempo y un perjuicio para la raza.
El carácter del perro no es en ninguna forma analizado en las exposiciones de todas las razas, de manera que no es sorpresa que perros con fallas de carácter, miedosos o sensibles al tiro, ganen como hemos visto, más de una exposición. Se aduce que este tipo de exposiciones son exclusivamente de belleza. Ashburner, un gran veterinario, sostuvo que ningún perro enfermo o miedoso, queda en una familia. Sirve de poco al perro y al dueño tanta supuesta belleza. El carácter está formado por una gama de factores, donde el medio juega un papel importante. En el factor miedo se encuentran actuando genes cualitativos y de influencia aditiva. Por lo tanto criar con animales miedosos, aunque sea cruzando con valientes no lleva a erradicar el miedo en la raza, ya que siempre aparecen cachorros miedosos. Criar agregando otro componente como un buen carácter, requiere conocer la herencia del mismo, particular de la raza a seleccionar. Es para especialistas y lleva muchas generaciones.
La cría para perros de exposición se complica por varias causas. En la búsqueda de producir campeones, los criadores cruzan entre ejemplares lo más espectaculares posible acentuando exageraciones y concentrando cada vez más sangre con los mismos. Para colmo de males, cuando se busca exclusivamente belleza, aparecen las modas, que complican la selección en cada generación. Así aparecieron los Basset Hounds y Dachshund excesivamente largos y profundos, que terminan con problemas de columna. O esas razas en las que se exagera la nariz corta como en el Bull Dog, Pekinés y otros, que con un canal respiratorio defectuoso, les producen problemas respiratorios.
A los ingleses se les ocurrió inicialmente la idea de afinar la estructura de los perros. Para ellos lo fino era sinónimo de clase pues superaba como los caballos de carrera a los ordinarios caballos chacareros. Así terminaron sin substancia muchas razas, donde los Dobermann Pinscher parecen galgos. Como aquella famosa Serengeti, ganadora de más de 50 Ch.C. Pero cuando tuvo que competir por el BIS en Westminster, perdió por su flojo movimiento y estructura, frente a un Husky Siberiano. Otro caso notable fue el del mentado Ovejero Alemán Manhattan. Ganador del BIS en Westminster y considerado el mejor perro del año en USA. En stay, con gran handling, era un espectáculo con su sobreangulación trasera y recta delantera. Como consecuencia trotaba con un movimiento falso. Había que sostenerle la cabeza, colgada de la traílla para que no se fuese de narices. Pero además tenía el pelo suave y al final hubo que sacrificarlo por grave displasia acetabular (DA). Del standard del ovejero quedaba poco.
Los cráneos debieron ser afinados, pues los de buen tamaño resultaban bochudos. No se dieron cuenta que con ello disminuían la capacidad cerebral del perro y con ello su inteligencia. Por algo el lobo es bochudo. Aristóteles:- “La naturaleza no hace nada en vano”. Tenemos el caso notable de los galgos. Los Greyhounds y Whippets de exposición son todos con la línea superior curva hacia arriba formando una giba. Moda increíble. Todo galgo de carrera, tiene la línea superior dorso lumbar formando una línea horizontal recta, apropiada a su función para la carrera. ¿En qué piensan los criadores y jueces?
Con la técnica de juzgamiento de revisar al principio toda la categoría en la parada artificial llamada stand, resulta artificial pues el handler corrige las cuatro patas del perro, el que así parado, durante varios minutos, se lo coloca en una forma antinatural y compulsiva, lo cual es un maltrato inmerecido. Luego sigue la ida y vuelta del perro, para evaluar el paralelismo de ambos miembros. En general el perro se lo lleva colgado de la correa para forzarlo a moverse y levantarle la cabeza para disimular la falta de angulación delantera. Le sigue el trote alrededor de la pista, para la vista lateral de los ejemplares. Para ello hay que conocer muy bien, como se traslada eficientemente una máquina de cuatro patas. También se revisa rápidamente la dentadura de los perros, cuya evaluación debe hacerse según la herencia de las deficiencias dentarias. En estos juzgamientos, hay una dosis de maltrato del perro y una evaluación en general bastante liviana. Por lo tanto al final, por la falta de tiempo, prima la visión que más resalta. La moda de turno, la belleza y lo espectacular se llevan los laureles, quedando atrás la funcionalidad, carácter y hasta el tipo.
En Europa las razas en las Expo Generales de Campeonato son juzgadas por Jueces Especialistas, que son por lo tanto expertos en las razas que juzgan. Esto satisface a los criadores, puesto que a ellos les resulta más importante ganar la raza que los premios superiores, que les resultan intrascendentes. Ambicionados para los que desean mayormente figurar y poco el perro. En nuestros países las razas son mayormente todas juzgadas por los jueces All Round (AR), pues se cree -como manifestó un dirigente cinológico- que todo JA es especialista de todas las razas, lo cual carece de todo sentido. Como consecuencia, los juzgamientos carecen de coherencia por la variación de los resultados de los diferentes juzgamientos. Esto le quita, sin duda, nivel a las expos.
Un libro sobre la genética de la raza Collie escrito por una veterinaria de la Universidad de California, describe en casi todo el mismo, genes deletéreos que se encuentran en la raza. Como estos genes, la mayoría recesivos, aparecieron por la selección indiscriminada y descuido de los criadores, aparecen en la raza por deriva génica. Al hacerse homocigotas, se manifiestan en el individuo. Cuando toda la raza se encuentra en esta situación ya no hay forma de anularlo, ya que el dominante respectivo ya no se encuentra en la misma.
Los criadores concentran cada vez más sangre de los perros deseados en sus ejemplares, para obtener cada vez más y mejores caracteres. Ello aumenta en forma geométrica la tasa de consanguinidad. Es sabido que la misma aumenta la concentración de genes letales y deletéreos y la pérdida de los indispensables para la salud de los perros, es decir, la llamada depresión consanguínea, por pérdida de vigor, viabilidad, fertilidad, substancia, carácter, etc.
Ello explica la pérdida de tamaño y hueso, de muchas razas: los Dobermann americanos agalgados difícilmente pasan los 8 años de vida, mientras en Alemania siguen viviendo 15 años. Lo mismo sucede con los Gran Danés y Boxer. Así desaparecen en nuestro país razas que tuvieron un gran auge, como ambas Cockers, empero las de perros de compañía y falderos siguen floreciendo. Como ejemplo, tenemos las razas de caza como los Pointer y Kurzhaar. Los criadores deben familiarizarse con el empleo de la consanguinidad, que no crea nada nuevo. Sus malos efectos y sus beneficios afloran con ella. Deben aprender de su contraparte, el vigor híbrido. El arte es saber cómo y cuándo, emplear uno o el otro. El buen criador sabe cuándo debe utilizar la sístole o la diástole en la selección.
El problema con la exclusiva selección fenotípica se debe a que la genética del perro está formada por la genética cualitativa, básicamente por la dominancia, más la genética cuantitativa, es decir por el efecto aditivo de los genes. El fenotipo es igual a la suma de los efectos de los genes y la acción del ambiente. Estos adquieren valores, que influyen altamente en la variación del fenotipo en la raza.
Los criadores eligen forzosamente el carácter deseado fenotípicamente. Pero para su desgracia, en el paquete de la genética heredada, vienen no solamente los genes que se manifiestan, sino todo un conjunto de genes no visibles.
El gran genetista animal Prof. V. C. Rice opinaba acertadamente que el fenotipo de un animal muestra lo que parece ser. Su pedigree es lo que debería ser. Finalmente la performance productiva de su progenie, lo que realmente es, al evidenciar su genotipo.
Toda evaluación basada exclusivamente en apreciaciones morfológicas y visuales lleva a conclusiones falsas o engañosas, producto de empirismo y de las modas, con resultados negativos hacia la funcionabilidad y consecuente utilidad del perro y su tipo. Los criadores de perros no practican la prueba de progenie con la cual afloran y se hacen visibles caracteres recesivos.
Los jueces eligen los perros según su única posibilidad, que es el fenotipo. Encima de ello además influenciados por su propio criterio. Generalmente prima la belleza, que es un carácter subjetivo. También pesa mucho la presentación por el handler, con su parada en stand y otras artimañas. Pero al tratar los criadores de sobresalir en las exposiciones, producen exageraciones que se tornan en modas peligrosas, por desvirtuar el tipo en las razas. Incluso a veces los jueces llevan adelante a los ejemplares que prefieren los criadores o dirigentes del momento, quizás con algún objetivo extraño a la raza.
La dificultad del seleccionador aumenta porque la mayor cantidad de caracteres son producto de una herencia poligénica, es decir aditiva, por lo tanto de baja heredabilidad. La heredabilidad es el producto del cociente de la varianza genética sobre la varianza fenotípica. También de la respuesta a la selección sobre el diferencial de selección. Frecuentemente los caracteres morfológicos elegidos, y sobre todo en las exposiciones, por influencia del preciosismo y modas, tienen una correlación negativa con la utilidad y sobre todo con el rendimiento del perro.
Eligiendo exclusivamente por el fenotipo, caemos en un engaño difícil de solucionar. Seleccionando producción lechera, con una heredabilidad mediana, tenemos el típico ejemplo con el resultado de la selección del ganado lechero Holando en USA. Por el sistema del índice estadístico BLUP de Henderson, que actúa sobre la media poblacional, en 10 años desde una producción anual por vaca de 5 mil litros de leche, llegaron a 8 mil litros por vaca/año: Es decir, obtuvieron una ganancia de 3 mil litros por vaca/año. Cuantificando se gana más que evaluando la morfología.
Pero lo más notable es que el tipo cambió. En lugar de la vaca de forma cónica y gran ubre, el tipo se transformó en una vaca cuadrada, con una ubre tipo palangana. Hubo que cambiar el estándar de los Holando, pues la evaluación numérica es más efectiva que el ojo del jurado, ambos empíricos. Sin lugar a dudas seleccionar es cuantificar. Todo lo demás es un soberano mito.
A los perros en el movimiento en la pista se los juzga por igual en todas las razas. Se desconoce que un Saluki es largo de cuartillas, para paletear eficientemente en las arenas del desierto. En cambio el Afgano tiene la grupa caída y es corto de garrones, para correr velozmente en terreno pétreo y quebrado. El Old English Sheepdog debe al trotar amblar, pues en su proporción es más alto que largo. Igual como el Aguará Guazú. Son tres tipos distintos que deben mostrarse diferentes en su movimiento.
El conocido veterinario inglés Simon Wolfensohn, en el artículo The things we do to dogs (Las cosas que hacemos a los perros), en New Scientist, 14-mayo-1981, pp.404 – 407, afirma: “nuestras extrañas ideas sobre la apariencia sobre nuestros queridos perros ha afectado a muchas razas con deformaciones físicas, causándoles afecciones a su salud. Los criadores están más interesados en su apariencia que en su bienestar, con cambios de formas y de tamaños para conformar sus equivocados ideales”.}
La famosa expo de Crufts, cuando los jueces eligen con preferencia algo que debe considerarse una anormalidad, producen en la raza un efecto altamente pernicioso. Con alta consanguinidad, altamente establecido en ella, es difícil salir del mismo, además que los criadores de perros jamás hacen pruebas de progenie, para hacerlos aflorar.
En la tenencia de un perro, en la mayoría de los casos lo más importante, sobre todo donde hay niños, es el temperamento del mismo y menores visitas al veterinario. Ambos factores, poco preocupan a los jueces juzgando en las expos. Es casi imposible nombrar la amplia lista con las distorsiones físicas en las razas más importantes, muchas de ellas afectando la calidad y la longevidad de vida de nuestros extrañamente queridos perros de expos “.
Ashburner otro autor renombrado, a su vez sostiene que ningún perro de mal carácter o enfermo queda en una familia. Criar perros exclusivamente para exposiciones donde solo el 5% llegará a concurrir a las mismas, es un negocio por lo tanto de poca duración. El mercado para la cría de perros se encuentra mayormente en el perro de compañía para el hombre en sus diversas actividades.
El famoso filósofo español Julián Marías afirmaba que la civilización humana progresaba gracias a los parámetros del aumento de la sensibilidad humana y de la información. Por lo tanto, hoy día a nadie se le ocurriría bendecir cañones, como en su juventud, ni efectuar hechos agresivos impunemente, pues todo el mundo se enteraría.
Pero gracias a ese aumento de sensibilidad el mundo más civilizado ha reaccionado. Ya en Europa se prohíbe el corte de cola y de orejas por considerarlas una agresión con dolor y maltrato del perro. Ya en la mayor exposición inglesa de Crufts, se prohíbe el stand y el manejo compulsivo del perro en la pista. Por lo tanto, en un futuro cercano aquellos que piensen que el perro no es más que un objeto de uso que se compren una armadura y vuelvan al medioevo.
A pesar de todos estos argumentos, la solución no es suprimir las exposiciones de perros, pues a todos nos gusta el espectáculo de las mismas, pero sí humanizar el trato del perro en las mismas, y a la vez que se consideren pruebas previas de evaluación de carácter y de la funcionalidad correspondientes a cada raza para poder acceder a los más altos títulos dentro cada una. De esa manera no solo tendremos campeones de belleza sino perros de todo terreno en su asociación con el hombre. Y sobre todo haremos honor al cariño y a la lealtad irrenunciable que nos entrega diariamente nuestro perro, no siempre correspondida debidamente por nosotros.