Los directores Pierre Souques, Marco Sáez y Mario Bórquez, junto al socio Sergio Fuenzalida asistieron a la presenciar la Herbstzuchtprüfung (HZP) 2019, ocasión en la que departieron durante dos días con conductores, directivos y jueces de la prueba.

En resumen, dos días memorables en que vimos perros con mucha pasión, juicios de aptitud y obediencia, y camaradería al final del día.

Qué es la HZP

La prueba HZP es la denominada “prueba de otoño”, destinada a evaluar las aptitudes naturales ya más evidentes y el grado de adiestramiento que han logrado perros jóvenes, en una variedad de ejercicios en tierra y en agua.

Es importante destacar que la HZP no es una competencia: Es una evaluación en la que a cada ejemplar se procura ponerlo en la mejor condición para que dé lo mejor de sí. Un perro que apruebe la HZP es un compañero polivalente de caza al que le falta muy poco o nada para mejorar, que ha demostrado sin duda sus aptitudes naturales y que puede ser llevado al siguiente nivel de adiestramiento.

Partes de la prueba HZP

Verificación de estructura

A cada ejemplar le son revisados sus dientes por prognatismo o enognatismo y por falta de piezas. A los machos se les verifica que tengan dos testículos descendidos. También se verifica la información de su tatuaje o chip con la de su pedigree.

Firmeza al disparo en Tierra

Cada ejemplar es probado en su firmeza al disparo, soltándole en un campo para que corra. Cuando se está alejando, a unos 20 metros, se hace un disparo al aire. Un segundo disparo es hecho un minuto después. Cualquier seña de temor descalifica al perro y le impide continuar siendo probado.

Rastro sobre liebre viva

Esta prueba no pudimos verla porque se hizo la jornada anterior a nuestra llegada. Este ejercicio mide persistencia, deseo de encontrar, nariz. Sólo aptitudes naturales. Usualmente perros más tranquilos logran mejor evaluación que los demás.

En este ejercicio, todos los concurrentes forman una fila en forma de batida, y los conductores los siguen detrás con sus perros. La batida entra a una pastura donde se sabe que hay liebres (que tienen sus camas en superficie), procurando hacer que se levanten y escapen.

Cuando la el grupo levanta una liebre, los jueces llaman a un conductor con su ejemplar, le indican la ubicación del nido y la dirección general en que partió la liebre. Es esencial que el perro no haya visto alejarse a la liebre porque los jueces no podrían tener certeza de que la siguió con la nariz.

El conductor guía con una cuerda a su perro instándole a tomar el rastro y luego lo deja a las suyas.

No se espera que el perro capture a la liebre. Se espera una búsqueda metódica, con un mínimo de venteo, copiando lo mejor posible la trayectoria de la liebre. Los perros que sacan mejores puntajes demuestran persistencia y nariz, pasando a través de obstáculos como cambios de terreno, cercos, pozas de agua, etc.

En países donde no hay liebres, esta prueba es hecha sobre conejos liberados, e incluso sobre faisanes imposibilitados de volar.

Búsqueda de campo y muestra

En Argentina esta prueba se hace sobre perdiz salvaje (y hubo suficientes para todos los perros en un potrero de unas 50 hectáreas!)

La búsqueda y muestra no es una función principal en un Deutsch Drahthaar. Por esto, no es exigida una búsqueda regular, simétrica, ni tampoco respeto al vuelo del ave. No se abate la pieza mostrada. Sólo se pide producir una muestra útil, es decir, que el perro aguante la muestra hasta la llegada del conductor a su lado.

Me ha tocado ocasiones en que no habiendo muchas perdices en el campo, luego de la muestra y antes del vuelo los jueces indican al conductor atraillar al ejemplar y sacarlo de la zona para que esa perdiz que mostró sirva para otro perro.

Este ejercicio puede ser realizado con aves plantadas (que obviamente en este caso no fue necesario).

Rastro de Pelo y Pluma

En estos dos ejercicios, una liebre y un pato o perdiz son arrastrados por un potrero de vegetación baja viento abajo (el preparador, uno de los jueces, va con el viento en la espalda). Esto es luego de hacer una “cama” con plumas o pelos según corresponda y restregando la pieza en el suelo. En el trazado debe hacer dos ángulos obtusos (pieza de pelo) y uno con la pieza de pluma.

Llegado a la distancia (200 m para pluma y 300 m para pelo), deja la pieza a plena vista y el segundo pato o liebre que lleva lo deja un poco más allá. Luego se esconde.

Los otros jueces llaman al conductor y su ejemplar y le indican la ubicación de la cama. El conductor se la muestra al perro y lo guía por los primeros metros para luego dejarlo ir solo.

Se espera una búsqueda metódica, con un mínimo de venteo (aunque siempre es tolerado porque la brisa puede llevar emanaciones hacia el lado), copiando lo mejor posible la trayectoria del rastro.

Cuando el ejemplar encuentra la pieza (y todos lo hicieron, sin excepción) debe tomarla y volver prontamente donde su conductor, quien no puede darle órdenes: los apoyos bajan fuertemente el puntaje, el tercer apoyo es descalificatorio. Sí puede incentivarlo con señas, agitando brazos, pero no órdenes o sonidos de pito.

El perro puede soltar la pieza para embocarla mejor sin perjudicar su puntaje. Al llegar, debe entregar sentado y a la mano.

Cobro marcado en agua con disparo a la pieza

Esta prueba tiene un propósito único: Probar la firmeza del ejemplar ante un disparo hecho en la cercanía de la pieza mientras el ejemplar nada hacia ella: es decir, la perdigonada le pasa muy cerca por encima. El agua tiene un efecto amplificador de la andanada.

El perro debe cobrar, retornar y entregar sentado a la mano, sin soltar la pieza en la orilla

Cobro ciego a un pato caído entre los juncos

Sin que el ejemplar lo vea, un juez arroja un pato en una zona de juncos. Luego conductor y ejemplar son llamados, se le indica al conductor la ubicación del pato y el ejercicio comienza.

El conductor “lanza” al perro en la dirección general de la pieza, y lo deja a su iniciativa. El ejemplar puede nadar, salir a examinar desde las orillas, tiene plena libertad.

Es esencial que el perro encuentre la pieza. Se admiten apoyos, pero continuados disminuyen el puntaje. Se permite lanzar una o dos piedras para orientar un ejemplar, pero con fuerte detrimento en el puntaje del ejercicio.

Los jueces y observan persistencia, pasión, deseo de encontrar, nariz y fiato con el conductor.

Finalmente, encontrada la pieza, el perro debe embocarla, retornar y entregar sentado a la mano sin soltar la pieza en la orilla

Acoso al pato vivo

Un pato imposibilitado de volar es dejado en la zona de los juncos. El ejemplar, que no ha visto la suelta, es lanzado a la zona. El pato, al moverse, deja un rastro en el agua. Se espera del ejemplar una búsqueda metódica, con aprovechamiento de emanaciones en el agua y en el aire (cosa difícil para el quinto perro que debe rastrear la zona).

Luego de 10 o 15 minutos, o hasta que los jueces se han formado una idea cabal del trabajo del perro, si éste no ha encontrado el pato, el perro es llamado.

Si el ejemplar logra hacer salir al pato de su escondite, se le permite acosarlo por vista, y cuando las condiciones son seguras, el pato es abatido por un juez. En este caso, el perro debe embocarla, retornar y entregar sentado a la mano sin soltar la pieza en la orilla

Crónica del Viaje, por Pierre Souques

La historia de cómo se materializó este viaje empezó cuando el Sr. Secretario Marco Sáez me informó allá por principios de Mayo que este evento se realizaría en los primeros días de Junio. Yo sin dudarlo me incluí en este fascinante viaje. Y digo fascinante pues se trataba de un tipo de prueba que yo no había tenido la ocasión de presenciar. Luego se nos unió nuestro socio Sr. Sergio Fuenzalida y en última instancia nuestro Vice Sr. Mario Bórquez.

La travesía empezó a eso de las tres de la tarde del día Jueves 6 de Junio en el Hotel Regal Pacific donde Marco y yo nos embarcamos en un transfer con dirección al Aeropuerto. Ahí nos encontraríamos con Mario y Sergio, sólo tres Marco, Sergio y yo viajaríamos en el mismo avión, nuestro vuelo estaba programado para las 19:30 por lo que hubo tiempo para relajarse y departir un rato haciendo compras para llevar a los amigos argentinos. Mario compró un pasaje en otro vuelo que salió media hora antes.

Tras un vuelo muy tranquilo de dos horas, todos nos juntamos en Ezeiza donde arrendamos un auto y de ahí alrededor de las diez y media de la noche viajamos con destino a la ciudad de Gral. Belgrano, en una ruta obscura y con neblina que pudimos realizar sin inconvenientes gracias a nuestro navegante Mario Bórquez quien previo al viaje había descargado el mapa de argentina en su celular lo que permitió que el navegador Maps.me nos condujera sin mayores contratiempos (y sin usar señal móvil) hasta nuestro destino, al cual llegamos pasado medianoche. Allí nos encontramos con el Sr. Javier Sampaoli (primo de nuestro recordado DT) y otros concursantes del evento con los cuales departimos una amena charla.

Temprano en la mañana y luego de haber dormido pocas horas, nos dirigimos al lugar del evento, la hacienda del Sr. Michael Isenhofer, próxima al pueblito de Villanueva distante a 50 km de nuestro lar.

La prueba ya había iniciado el día anterior, con el ejercicio de “Rastro sobre Liebre Viva”. El evento continuó todo el viernes desde temprano hasta el anochecer y buena parte del sábado, en ambos días pudimos departir con un almuerzo del tipo “Morral Libre” con exquisitos encurtidos preparados diligentemente por nuestros anfitriones, donde no podía faltar vino chileno que fue gratamente acogido y bebido con deleite.

Finalizados los ejercicios de la prueba y durante la tarde del Sabado previo a la cena de clausura donde se entregarían los resultados, los jueces Sres. Francisco Filannino (presidente) y sus jueces ayudantes Sres. Miguel Grangetto y Hugo Godoy se reunieron a cotejar sus observaciones y resultados, para lograr un puntaje de común acuerdo. A esta reunión pudimos participar Marco y yo, siendo sumamente provechoso el diálogo que en esta instancia se produjo. Debo acotar que también fui invitado a participar junto con los jueces, en mi calidad de juez FCI, durante toda la prueba y mis observaciones fueron muy bien acogidas.

El encuentro concluyó con una cena de camaradería en que los ejemplares que calificaron recibieron sus certificados (“Urkunde”), hubo discursos de unidad, proyección y agradecimiento.

El Club del Perro de Muestra se hizo participe de la entrega de premios con medallas con el Logo de la institución y unas pequeñas piochas con la cabeza de Drahthaar, las primeras entregadas a los ejemplares mejor clasificados y las segundas (donadas por Mario) a las autoridades del Club del Drahthaar Argentino.

Y logramos rescatar la última de las 24 botellas de vino que llevamos para entregársela a Michael Isenhofer (el dueño de la estancia) quien estaría de cumpleaños en los próximos días.

Los participantes, desempeño y menciones, por Mario Bórquez

En esta versión de la HZP tuvimos la rara oportunidad de observar a dos Deutsch Kurzhaar, hembra y macho, hermanos de camada. Perros estructuralmente muy correctos, de buena alzada (unos 68 cm el macho, 65 la hembra). Les contaré de los que me dejaron impresiones.

Bruma vom Ochsenhain, Drahthaar hembra conducida por Jorge Cooreman

Hembra roano café (“Braunschimmel”) de talla baja, bien armadita, muy alegre. Le tocó el primer turno en la búsqueda de perdiz, y al no encontrar fue llamada más tarde donde sí encontró y mostró correctamente.
En los rastros demostró gran concentración y alegría en su trabajo, con retornos a buena velocidad y sin necesidad de apoyos para entregar correctamente.

Incansable en el agua, gran trabajo.

Bruma obtuvo el máximo puntaje en la prueba con 191 puntos sin rastro de liebre. No le fue exigido por el excelente desempeño mostrado en este ejercicio en la prueba juvenil VJP con 79 puntos y 12 (máximo) en rastro de liebre viva. Este puntaje, si no me equivoco, es el más alto obtenido por un ejemplar criado en Argentina y podría competir por muy buenas posiciones en la prueba internacional Hegewald que se lleva a cabo en Alemania cada año.

Felicitaciones Jorge por tu persistencia. Muy merecido logro.

Ruby Anjules, Kurzhaar Hembra conducida por Claudio Bardelli

Esta chica roano café tuvo un desempeño muy típico de Kurzhaar clásico en la búsqueda de perdiz con lindas muestras, gran respeto espontáneo al vuelo y un elegantísimo desplazamiento.

En los rastros demostró una sagacidad notable: Al llevarla su conductor al punto de partida, venteó por su izquierda donde estaban guardadas las piezas de rastro, y cuando fue lanzada, fue presta a ese lugar, cobró y entregó en vez de hacer el rastro ¿quién podría culparla? Al repetir las respectivas pruebas, las hizo correctamente de punta a cabo.

En el agua tuvo gran desempeño, especialmente demostrando una nariz impresionante a decir de los jueces. Fue la única que logró desalojar al pato de su escondite (aunque no es falta de los otros ejemplares: la laguna era muy extensa y los patos tuvieron amplio tiempo para escapar antes que los perros iniciaran su búsqueda).

Finalizó la prueba con 189 puntos. Todo un logro. Felicitaciones a Claudio Bardelli.

Baco vom Hochsenhain, Drahthaar macho conducido por Andrea Ibarra

Este ejemplar café con estrella en el pecho (“Braun mit Abzeichen”), muy robusto, de talla más bien baja, demostró muy buen adiestramiento. Rastro con algunos desvíos corregidos, buen retorno, entrega semi echado. Obtuvo 174 puntos.

Bella vom Hochsenhain, Deutsch Drahthaar hembra conducida por Jorge Libeccio

Esta hembra menuda color Café con Estrella hizo muy bien su trabajo con la perdiz, pero en los rastros Jorge pecó de exceso de confianza: Al retornar, Bella se desorientó de la ubicación de su conductor y partió rumbo a donde estaban las camionetas. Jorge optó por no llamarla para no sacrificar puntaje, confiando que ella no soltaría la liebre. Bella paseó por todo el grupo de observadores (todos quietos para no influirla) detrás de las camionetas, buscando a su amo y después de unos minutos soltó la liebre, lo que la dejó fuera del concurso.

Bella hizo las pruebas de agua demostrando un adiestramiento muy acabado complementando sus dotes naturales.

Riesling Anjules, Kurzhaar Macho conducido por Gabriel Mueller

Ejemplar de imponente estructura, tan bien hecho como su hermana. Y como buen macho, algo más desafiante con su conductor.

De lindo andar, hizo su muestra. Luego en los rastros falló en la entrega.

En el cobro ciego del pato muerto, hizo alarde (sí, alarde, literalmente) de una potentísima nariz. Lanzado por su conductor, no entró al agua, dio dos pasos a la izquierda, venteó, dos zancadas a la derecha, volvió a ventear retrocedió a un punto un metro más alto, venteó, y se lanzó en línea recta como vapor de principios de 1900 al pato que estaba a unos 40 metros de distancia. Qué espectáculo!

El cierre del viaje, por Mario Bórquez

Al día siguiente, a eso de las 10, con un sol radiante pero tibio tan típico del invierno, tomamos rumbo a Buenos Aires. Fuimos directo al barrio La Boca, donde almorzamos y celebramos el cumpleaños de Pierre. Paseamos y compramos algunas cosas.

En la noche fuimos a cenar en Palermo al Parolaccia, por cierto especializado en pastas. Fantástica la comida y la atención, pero no vale la pena pedir carne.

Con dos botellas de un Malbec de Finca Las Moras y unos bajativos de Limoncello, nos fuimos a dormir para al día siguiente muy temprano llegar a Ezeiza a tomar el vuelo de regreso. Por ahí se nos mareó un poco el gestor de mapas pero logramos llegar a tiempo.

Así concluye un viaje 100% enfocados en lo que nos apasiona, componiendo buenas relaciones y proyecciones para el Club del Perro de Muestra.

Gracias al Juez Javier Sampaoli, dueño del criadero Vom Ochsenhain por algunas correcciones en la descripción del diseño de las pruebas.

Les dejamos a continuación una galería de imágenes. Los videos están a continuación!

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